Desde hace tiempo, nos apetecía muchísimo probar el llamado bordado ruso, punchneedle o aguja mágica; lo habíamos visto en nuestra clase semanal de patchwork en Avilés, y nunca nos habíamos lanzado a hacerlo porque nos parecía muy complicado. Pero de repente, un día, encontramos la aguja con la que se borda guardada y olvidada en un cajón de nuestra caseta, y nos pusimos rápidamente a hacer una prueba de cómo quedaría bordado un corazón... y este es el resultado.
Para ser lo primero que bordamos no está mal, todavía hay mucho que aprender y que perfeccionar, pero en general nos gusta lo que vemos, además se hace tan rápido que ves los avances inmediatamente, y eso es lo que te hace seguir y seguir hasta terminarlo.
"CORAZÓN AZUL"
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