libros

Dada la proximidad al día del libro, abrimos un nuevo apartado dentro de nuestro blog; en él se hace una pequeña reseña sobre tres libros que en cierto modo nos han gustado o nos han llamado la atención, y que esperamos se prolongue a lo largo del tiempo con sucesivas apariciones.

Para ello hemos contado con la INESTIMABLE COLABORACIÓN DESINTERESADA de uno de los "arrimaos" del blog, a quien desde aquí agradecemos su aguante y comprensión ante la insistencia  por nuestra parte para que se implicase con nosotros en este proyecto.

" Como no sólo de pan vive el hombre, os proponemos cultivar también el espíritu. Para ello nada mejor que leer algún libro de vez en cuando, siempre con moderación, como nos enseñaban los antiguos, porque el exceso siempre es dañino, y más de uno se “pasó” de tanto leer.

Por eso os vamos a comentar de vez en cuando alguno de los libros que hemos leído más o menos recientemente; como este es un blog colectivo, informal y caótico, os anticipamos que nadie quiere aquí pontificar sobre buena o mala literatura, ni decir que los libros que se comentan sean superiores a otros, o simplemente que os vayan a gustar, si es que alguien se anima a leer alguno porque haya aparecido aquí; o sea, que el riesgo y ventura va siempre de cargo vuestro; si al final lo que se recomienda es un “cayo malayo” ni se cambia ni se devuelve el dinero.

Nuestro hombre en La Habana

Los escritores que escriben novela son de tres tipos: los malos que nunca escribieron una buena; los buenos que sólo escribieron una muy buena; y los buenos que escribieron muchas y buenas; a mi juicio sólo estos son verdaderos novelistas. Graham Greene es un novelista. Seguro que os suenan muchas: El americano impasible, El tercer hombre, El Poder y la Gloria, El Décimo hombre, El factor humano, El revés de la trama…; aquí os propongo una no tan conocida, pero que es una auténtica delicia (Greene a este tipo de novelas las llamaba divertimentos; ahora se diría “lúdicas”); Nuestro hombre en La Habana es una novela de espías, ambientada en la Cuba prerrevolucionaria, protagonizada por un honesto vendedor de aspiradoras que para mejorar su economía se mete a espiar por cuenta de los ingleses; la cosa va bien, o eso cree él, pero el bluf resulta tan convincente que desde la metrópoli le mandan a una espía de verdad para que le ayude. Greene, al que siempre se relacionó con el servicio secreto británico, nos da una imagen un poco chusca de la profesión, trivializando no sólo el espionaje y a los espías, sino a los propios gobiernos, bastante más chapuceros, imprevisores e impresionables de lo que a veces suponemos.

Matar a un ruiseñor

Harper Lee (que no es H sino M a pesar del nombre) sólo tiene una novela, pero una muy buena; si os animais a leer la anterior y esta, debeis saber que son como el agua y el fuego; todo lo que tiene la anterior de divertida lo tiene esta de triste y trágica, pero para espíritus audaces que no temen la melancolía es altamente recomendable, y el corolario no deja de ser consolador: siempre hay gente buena.

Formalmente es un relato sobre la discriminación y el racismo en el Alabama de los años treinta; un pobre negro inocente al que quieren colgar un crimen (y de hecho se lo cuelgan), defendido por un abogado de pueblo al que le pasan el marrón, pero que no se amilana y desenmascara la telaraña de prejuicios, discriminación y miseria moral que inunda aquella sociedad. La historia está contada por una niña, hija pequeña del abogado, y tiene un final sorprendente que resulta balsámico entre tanto drama. Yo la leí de joven, y la verdad es que me impresionó mucho, aunque es verdad que de aquella los rapazos y rapaces éramos más inocentes.

Los años de gloria

Uno de los libros del de la gomina (quien va a ser, el de la gomina, Mario Conde); es una autobiografía, o un libro de memorias, como queráis. Mario Conde relata su vida y los acontecimientos que protagoniza directa e indirectamente, desde que saca las oposiciones de abogado del estado hasta que le encarcelan (más o menos). No esperéis revelaciones extraordinarias sobre los juegos del poder y la política, ni que descubra quién mató a Kennedy, ni nada por el estilo. Pero está muy bien escrito (sorprendentemente bien escrito para lo que se suele ver en este género que podríamos llamar “autobiografía express”). Lógicamente tiene una intención autojustificativa, aunque no elude la autocrítica; muchos de los lances que cuenta admiten la doble interpretación, la que él les da y la que podrían darle los otros, pero globalmente me parece que no cuenta patrañas, desarrolla el relato con notable organización, mesura y ritmo literario, no presume de rico ni de glamuroso y asume con bastante entereza su defenestración. Se lee bien, y podemos sacar un croquis general de la vida que llevan los de la “high society”, que ya os avanzo se pasan la mayor parte del tiempo bajando perdices, o sea que nada del otro mundo; incluso nos da alguna pincelada reconfortante sobre la estolidez de algún que otro personaje, habitualmente tenido por “más llistu que la fame”. Abstenerse fans irrecuperables del PP y del PSOE.

Y por hoy ya fue bastante. Con esto y los prospectos del Lidl y el Carrefour ya tenemos para un par de meses de lectura, que no conviene abusar. "

Esperamos que os hayan gustado nuestras recomendaciones, podéis seguir leyendo los folletos del Alcampo y de El Corte Inglés, y por favor comunicadnos las ofertas.