SANTIAGO RAMÓN Y CAJAL
( Petilla de Aragón, España, 1 de Mayo de 1852 - Madrid, 17 de octubre de 1934 ) . Histólogo
español.
Doctor por la Universidad Complutense de Madrid, director de Museos
Anatómicos de la Universidad de Zaragoza (1879), catedrático de anatomía de la
Universidad de Valencia (1883), ocupó las cátedras de Histología en la
Universidad de Barcelona (1887) y de Histología y Anatomía patológica en la de
Madrid (1892).
A partir de 1888 se dedicó al estudio de las conexiones de las
células nerviosas, para lo cual desarrolló métodos de tinción propios,
exclusivos para neuronas y nervios, que mejoraban los creados por Camillo
Golgi. Gracias a ello logró demostrar que la neurona es el constituyente
fundamental del tejido nervioso.
Estudió también la estructura del cerebro y
del cerebelo, la médula espinal, el bulbo raquídeo y diversos centros
sensoriales del organismo, como la retina.
Neurona dibujada por Ramón y Cajal
Entre otros premios obtiene en París el Premio Internacional de Moscú y
en España la Gran Cruz de Isabel la Católica y la Gran Cruz de
Alfonso X el Sabio.
Se crea el Instituto Nacional de Higiene Alfonso XIII
del que es nombrado director en 1903. Publica su anuario Trabajos de
Laboratorio de Investigaciones Biológicas, iniciando trabajos sobre la
fisiología del sistema nervioso publicando el importante libro Textura del
sistema nervioso del hombre y los vertebrados.
Miembro electo de la Real Academia Española, obtiene también la Medalla
de Oro de La Academia Imperial de Ciencias de Berlín.
Su fama mundial, acrecentada, se vio refrendada con la concesión,
el 10 de Diciembre de 1906, del Premio Nobel de Fisiología y Medicina por sus
descubrimientos acerca de la estructura del sistema nervioso y el papel de la
neurona, galardón que compartió con C. Golghi, convirtiéndose así en el primer
científico español en conseguir este galardón
En 1914 publica el libro Degeneración y Regeneración del sistema nervioso
fruto de sus últimas investigaciones.
En 1920 se crea el Instituto Cajal que dirige y en el que trabaja con sus alumnos
más brillantes. Se jubila en 1922 y
recibe el Premio Echegaray. En 1930 fallece su esposa; en 1932 dimite
de su cargo como director del Instituto Cajal; y en 1934 publica su último
libro de carácter literario El mundo visto a los ochenta años.
Fallece
en Madrid el 17 de octubre del mismo año.
Prueba de la intensa actividad que despliega todavía en el último
período de su vida es la publicación, en 1933, del trabajo titulado «Neuronismo
o reticulismo», en la revista científica Archivos de Neurobiología, aportación
que se considera su testamento científico.
Cajal es el más grande científico que España ha dado jamás al mundo. Sus
trabajos son básicos, capitales, sólidos y plena referencia y vigencia aun hoy
en día para ciencias tales como la anatomía, fisiología, biología y la
neurología y neurología
Sus trabajos sobre la estructura del sistema nervioso cambiaron las
teorías existentes abriendo un inmenso campo de conocimientos. A través de su
teoría de la polaridad dinámica de la neurona y de su teoría neurotrópica,
llegó a estas conclusiones:
· La capacidad intelectual no depende del
número y dimensiones de las neuronas cerebrales sino de la riqueza de sus
terminaciones.
· Intuyó que el aprender una habilidad o
destreza conlleva el robustecimiento de las vías nerviosas implicadas y el
nacimiento de nuevos apéndices celulares.
· Ideó la teoría del alud nervioso: toda
impresión recibida del exterior se propaga hacia los centros nerviosos como un
alud con intensidad progresiva. Esta teoría esclarece procesos como las
alucinaciones.
En el cerebro humano demostró que su superioridad esta ligada a la
prodigiosa abundancia y lujo de formas de las neuronas de axón corto observadas únicamente en la especie humana.
Investigó la regeneración y degeneración del sistema nervioso, demostrando
que las fibras de un tronco nervioso seccionado mandan ramas nuevas que
atraviesan la cicatriz y regeneran el nervio cortado.
Dibujo de la Corteza Humana. Según Cajal, aquí se genera la conciencia del entorno y de uno mismo.
Sir Charles Sherrington ( médico
neurofisiólogo británico,
premio Nobel de Medicina, que estudió las funciones de la corteza
cerebral , fallecido en 1952 ) decía : “Cajal ha llegado en cierto
modo al símbolo del renacimiento cultural de su país. A pesar de su visa
sencilla y retirada... Él y su devoción a la ciencia y su prestigio fueron
tomados por muchos de sus compatriotas como ejemplo de lo que una España nueva
podía esperar y alcanzar; se le consideró como una especie de precursor de lo
que la España mejor debía aspirar a ser. En este sentido se apoderó de la
imaginación patria, los billetes de banco llevaban su efigie como emblema
nacional...es un tributo que prueba el lugar donde le colocaron los españoles
con la simpatía y aplauso sincero de todo el mundo civilizado”.
El doctor Ernesto Lugaro, profesor de Psiquiatría en la Universidad de
Turín, escribió quizá la más justa de las apreciaciones acerca de la obra de
Cajal. Consideró la obra de Cajal como monumental. Sin exageración, cabe decir
que la moderna neurología la debe más que a nadie el enorme progreso realizado
durante los últimos cincuenta años: un complejo gigantesco de hechos e ideas de
los cuales esta ciencia deriva su fisonomía característica. Especialmente en el
campo de la morfología nerviosa, puede decirse en verdad que Cajal, él sólo, ha
producido más que todos los demás neurólogos juntos; métodos, técnicas de
inextinguible fecundidad, instrumentos de trabajo para todos, numerosos
descubrimientos, del más sencillo de los cuales podría estar orgulloso
cualquier científico; interpretaciones penetrantes y sintéticas, lúcidas y
persuasivas que han obrado como fermento e fisiología y patología. Sea cual sea
la rama de su especialidad que escoja un neurólogo debe tener siempre presente
los trabajos de Cajal, y debe invocar su nombre al exponer cualquier hecho o
idea.
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